Ecatepec México, Julio de 1984


-hola señor!
-hola
-¿Por qué esta triste?
-porque debo torear, y nadie me aceptó estar en su casa para ponerme mi traje de torero
-Ven a casa de mis abuelos!!! Ellos te van a dejar!! Ven, corre, apura!!
Y me siguió!!! Nos siguió a los 3, a Lila, Ale y a mi!! Que locura!
Y efectivamente, Don Isauro, con ese ceño fruncido, siempre mal encarado, pero noble y bonachón, le dio permiso de vestirse de luces, poner su altar y dejarle encomendarse a tantísimos santos (creo que millones serian insuficientes para poder tener valor de ponerse enfrente de una bestia de las magnitudes de un toro) en su habitación, claro, siempre bajo su atenta mirada y la de mi tío Saúl, quien acompañaba en cada oportunidad a mi abuelo.
-Muchas gracias señor, son muy amables al dejarme entrar a su hogar
-de nada, suerte matador
Y ni tardo ni perezoso yo le digo:
-préstame tu gorro de torero
Y me lo puso…………ah! Que bella sensación
-Yo de grande voy a ser torero!!.................
Desde ese día, mi vida cambio, mis sueños eran que mi papá me comprara un torito, chiquito y sin cuernos, para poder tenerlo en el patio de la casa, y salir todas las tardes al ruedo, a hacer una faena de orejas y rabo, salir en hombros, entre las multitudes gritando mi sobrenombre, ese que mi abuelo me regalo: Chagoyete!! Si señor! Yo era Chagoyete!!
Pero ese sueño, difícil de cumplirse claro esta, no llegó, pero llego un regalo parecido:
El “Rosco”
El rosco, un toro de unos 30 kilos de peso, color castaño amarillento, despitonado, pero con orejas, belfos y dientes como de perro, de la ganadería urbana, que fue entregado al ganadero “tío Pepe”, que llevo a los toriles de la plaza “casa de los abuelos” en el año de 1988
Si!! Teníamos nuestro propio toro! “el Rosco”
Y ahora si, todo preparado:
Aquel millar de ladrillos que tenían mis abuelos para remodelar un poco su casa, era nuestro graderío, que se abarrotó en la tarde de la inaguración, el cartel era por demás llamativo:
Por supuesto debía tener mis subalternos, Ale y Pepito lo eran, la enfermería (infaltable en un evento tan peligroso) eran mis tías Rocío e Irma
Mi tía Tila era quien me ayudaba e entrenar mis movimientos, ella hacia de toro y pasaba en mis engaños, olè!! Y también a cargar todos los arrestos necesarios: banderillas (dos varas de la escoba), muleta (un trapo viejo), capote (el mismo trapo viejo), engaño y estoque (un palo de escoba); descabello nunca llevábamos, ya que era un maestro de la suerte suprema del toreo!
En las gradas, las “manolas” (Lila, Lluvia y Moni) tirando claveles a su ídolo
Y por supuesto, no podía faltar, la banda de música! Que era dirigida por Quique….
Suenan parches y metales!
-Cielo andaluz maestro!!
La banda: taaaa tat ta taaaaaaaaaaaaaaaaaan!!
El público: ooooole!!!
-Grande Chagoyete!! Yo seré tu apoderado!
-Calla Isauro, no ilusiones al niño con eso tan peligroso!
-Otilia, si el niño quiere ser torero, torero será, y yo seré su apoderado o el varilarguero aunque ya este muy viejo!
-ay Isauro, ya métanse a comer, apúrenle!
Y a celebrar el triunfo de esa magnifica corrida, cortándole orejas y rabo al temible toro “el Rosco”, claro que también hubo peligro: el toro se aprovecho de que la banda tuvo que bajar a ir al baño, y embistió! Pero la música nunca dejo de sonar! Tachun tachun tachun…
-para celebrar, comeremos sopa de fideo, agua de lima (cortadas de los arboles de mi abuelita y por cierto, siempre sin azúcar) un buen asado de pollo y muchas verduras, tacos de frijoles y de postre un vaso de té de limón…
Y así transcurrieron muchos días de mi infancia, entre olès, entre embestidas de un perro que seguía tan bonito el engaño, los cuidados de mis tíos, las risas con mis primos, la preocupación de mi abuela y el gran apoyo de mi apoderado, ese apoderado que me regalo su nombre para portarlo con mucho orgullo en todas las plazas del mundo….

Abuelo Chagoyo: Gracias por darme ese mote que ocupé mientras fui torero, profesión que ejercí hasta los 11 años, ya que la escuela primaria me ocupaba mucho tiempo
Gracias por ser MI APODERADO…Te quiero.
Pues que mas que decir. Conoces a un hombre, por las vivencias de su niñez y el respeto a sus mayores, gracias por compartir estos momentos que hacen de un recuerdo infantil, una enseñanza de vida y una filosofia del buen vivir. Con respeto GABRIEL
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