martes, 29 de junio de 2010

Las casas de madera.......

Se agrietan con el aire………
El viento sopla, que frio hace afuera
Nomas rechinan, las casa de madera

Así enuncia en una de sus mejores canciones el señor Ramón Ayala, denominado el “rey del acordeón”….esa música norteña, a ritmo de bajo sexto, acordeón, redova y tololoche que es tradicional en mi país, que se puede escuchar en una pulquería, lonchería, tortillería, “chocomilería” (fonda matutina para ir a pedir un licuado de chocomilk) una troca del año, un vochito destartalado y en muchísimos más lugares conocidos y por conocer….al grito de un buen AY AY AAAAAY!! AJUA! Y que se disfruta bailando bien pegadito, de cachetito, de “cartoncito” de cerveza (para mis lectores extranjeros, si es que los tengo, ya explicaré en algún glosario especial de mi terminología propia, eso de cartoncito de cerveza) y tomando cheve o brandy hasta ponerse bien pedote!!!


Uy, que recuerdos de tantas cosas que me regala mi país, y que hacen que le dé el valor necesario a lo que realmente lo tiene…….como aquella “casa de madera” en la que disfruté muchos momentos de mi infancia, al lado de mi hermano y mis primos.

 Esa “casa de madera” que ahora menciono, no es mas que un espacio de 3 metros cuadrados donde guardaba sus herramientas el mecánico al que le rentaba un espacio mi abuelo y mi tío Pepe, en un terreno ubicado en la parte central de mi pueblo natal ( a pesar de ser yo “venusino”, por nacer en la delegación Venustiano Carranza, siempre he sido orgullosamente de San Cristóbal Ecatepec), y que para proteger de la lluvia sus pertenencias, hizo un pequeño cuartito con paredes de madera y techo de láminas de cartón…

 Pues imagínense como disfrutábamos ir a “aprender” mecánica automotriz cuando éramos niños, y el grito que pegaban nuestras mamás al vernos llegar con la ropa llena de grasa, tierra y todo lo higiénico que es un lugar como ese; aun recuerdo como decía mi mamá ¿Quién crees que lava la ropa? Y nosotros tan sarcásticos: PUES HOOVER!! Que niños por Dios!!

 Pero el momento más mágico que me regalo esa” casa de madera”, y creo que a todos los que compartimos ese momento, fue cuando decidió mi tío Pepe que pasáramos un buen momento en ese terreno, preparar una carne asada, tomar unas cheves, para quienes tenían edad de hacerlo, jugar y disfrutar la tarde calurosa y soleada que hacia en ese momento……y allá vamos, con el anafre, la carne, el aceite, los refrescos, las cheves y demás menjurges necesarios para pasar el momento………..todo iba perfecto, los adultos preparando el carbón en el anafre,  lavando el comal, limpiando las cebollitas de cambray para asarlas junto a la carne, llenando la hielera, y nosotros pateando nuestro inseparable balón de futbol, vaya, haciendo hambre para disfrutar ese rico menú que estaba siendo preparado……..

Y se llego la hora de comer!  Ya me estaba imaginando ese rico taco de bistec y longaniza, con copia por supuesto, con un guacamole muy picante!! Hmmmm, que delicia, cuando de repente, el cielo tan abierto se cerró en un instante, el viento sopló con fuerza, las nubes se pusieron negras…..El astro rey se esconde, y el cielo manda un alarido furioso!!! Lluviaaaaa!!! No, no era mi prima a quien de cariño llamamos así, era un verdadero aguacero el que llegó sin invitación!! Y que nos hizo llevar todo nuestro picnic al cuarto de 3 metros cuadrados….
Las casas de madera Ramon Ayala
Lo primero en ser rescatado del agua del cielo fue el anafre, con todo y comal lleno de carne y cebollas va pa´dentro, y va pa´dentro también la hielera, y las tortillas……Las cheves compadre!! Le gritaba mi tío a mi papá......Y el cielo no dejaba de tirarnos cubetadas de agua; pasaron 2 o 3 minutos y por fin estuvimos a salvo, dentro de ese cuarto con todas nuestras provisiones, diciendo: Esta lluvia no nos mermara, vamos a comer….Y a darle que es “mole de olla”…y así fue, pero, oh no!! Tal cual dice la canción, se agrietaron las paredes y el techo de lámina de cartón y dejo de serlo, el techo se convirtió en una verdadera regadera, parecía que nos metimos a la ducha!!! Otros tantos minutos en poder encontrar un espacio en el techo donde no cayera agua, y quedara perfecto el espacio para que el anafre no se mojara, y ahora si, cada quien a buscarse espacio para no mojarse!!! Parecía una reunión de apaches, todos rodeando el anafre como haciendo ofrenda al señor de los búfalos y pidiendo  un invierno soportable! Jajajaja…….que delicia de tacos mojados disfrutamos esa vez…….la comida mas húmeda de mi vida, pero la que mas recuerdo y cariño le tengo, porque esa “casa de madera” agrietada y que era en realidad una regadera, hizo que comiera lo mas cerca de mi familia posible, hizo que entendiera el valor de una familia que lucha por un objetivo común, que es unida y que a pesar de cualquier cosa en contra, no nos separara nada……….Quiero mi familia siempre así, y luchare por tenerla así.

Llevo en mi corazón una casa de madera
Llevo en mi mente las herramientas para construirla...
Llevo en mi alma el techo de lámina de cartón, que aun agrietado por sufrimientos naturales de la vida, me une a mi familia, amigos y personas que amo y me aman por lo que soy.
Gracias Dios, por regalarme una familia y amigos con esas casas de madera en sus almas.

El viento sopla
que frio hace afuera
nomas rechinan
las casas de madera.

(Escrito por inspiración del ingeniero Mario Monroy)






Espero les guste el video.

domingo, 13 de junio de 2010

EL APODERADO

Ecatepec México, Julio de 1984

 Tiempo  de lluvias en mi pueblo, momentos de receso escolar bien merecido (y no es mentira) que disfrutábamos Ale, Lila y yo ¿Cómo?....aparte de hacerle la vida difícil a Don Isauro y a Doña Otilia destrozando sus plantas y arboles a pelotazos y trepados en los mismos, bajando la cantidad de mercancía que había en el carrito del señor frutero  al que le daba pensión mi abuelo, y alegremente nos poníamos a comer, rebanando esas jugosas sandias, piñas y demás!! Que delicia, salíamos a pasear a ver que aventura encontrábamos en ese Julio, que cabe mencionar es el mes de las fiestas patronales, donde hay feria, juegos mecánicos, futbolitos, plaza de toros, puestos de algodones de azúcar, y el sinfín de cosas que se disfrutan en una fiesta de pueblo, pueblo que raramente, celebra a San Cristóbal el día de Santiago apóstol… ¿Por qué esa situación tan peculiar? No tengo respuesta, jejeje, simplemente disfrutábamos mucho esas fechas, entre todas esas instalaciones, corriendo en las calles llenas de charcos y mucho, muchísimo lodo!

 Lo que nos hacia afortunados a esos tres chamaquillos, era que la casa de los abuelos se ubica en una de las calles principales de la comunidad, esa calle que va desde la parroquia de San Cristóbal hasta la capilla del calvario, pasando por la torre del reloj, el primer conjunto habitacional de departamentos del pueblo, la “tienda” (si se puede llamar así) de la famosa “tía Aurelia”jajajaja, (todos los nativos y residentes de San Cristóbal de hace algunos años sabrán el porque del “jajajaja”) y la escuela Oparin, entre muchas otras cosas….Pues bueno, gracias a la ubicación de esa casa de los abuelos, teníamos muy cerca instalaciones especiales de la feria, ese año en particular, a la vuelta de la esquina, en el terreno que llamábamos “el campito” ,situado atrás del ISSSTE, se instalo la plaza de toros….y ahí vamos, los 3, jugando, cantando, acusándonos de todo, contando nuestros sueños, hasta toparnos con la puerta principal de esa plaza de toros móvil, que tenia una buena audiencia esperando a entrar, ya que se presentaría ni mas ni menos que el novillero local: Mauricio Mendoza “el Guadalupano”…yo la verdad ni sabia quien era ese señor, no era de mi interés la fiesta brava a los 6 años….pero, al ver a un señor cargando una maleta muy rara, parado en la esquina y algo triste, se me ocurrió acercarme a el:

-hola señor!
-hola
-¿Por qué esta triste?
-porque debo torear, y nadie me aceptó estar en su casa para ponerme mi traje de torero
-Ven a casa de mis abuelos!!! Ellos te van a dejar!! Ven, corre, apura!!
Y me siguió!!! Nos siguió a los 3, a Lila, Ale y a mi!! Que locura!

Y efectivamente, Don Isauro, con ese ceño fruncido, siempre mal encarado, pero noble y bonachón, le dio permiso de vestirse de luces, poner su altar y dejarle encomendarse a tantísimos santos (creo que millones serian insuficientes para poder tener valor de ponerse enfrente de una bestia de las magnitudes de un toro)  en su habitación, claro, siempre bajo su atenta mirada y la de mi tío Saúl, quien acompañaba en cada oportunidad a mi abuelo.

-Muchas gracias señor, son muy amables al dejarme entrar a su hogar
-de nada, suerte matador
Y ni tardo ni perezoso yo le digo:
-préstame tu gorro de torero
Y me lo puso…………ah! Que bella sensación
-Yo de grande voy a ser torero!!.................

Desde ese día, mi vida cambio, mis sueños eran que mi papá me comprara un torito, chiquito y sin cuernos, para poder tenerlo en el patio de la casa, y salir todas las tardes al ruedo, a hacer una faena de orejas y rabo, salir en hombros, entre las multitudes gritando mi sobrenombre, ese que mi abuelo me regalo: Chagoyete!! Si señor! Yo era Chagoyete!!
 Pero ese sueño, difícil de cumplirse claro esta, no llegó, pero llego un regalo parecido:
El “Rosco”
 El rosco, un toro de unos 30 kilos de peso, color castaño amarillento, despitonado, pero con orejas, belfos y dientes como de perro, de la ganadería urbana, que fue entregado al ganadero “tío Pepe”, que llevo a los toriles de la plaza “casa de los abuelos” en el año de 1988
 Si!! Teníamos nuestro propio toro! “el Rosco”
Y ahora si, todo preparado:
Aquel millar de ladrillos que tenían mis abuelos para remodelar un poco su casa, era nuestro graderío, que se abarrotó en la tarde de la inaguración, el cartel era por demás llamativo:
Encerrona del espada “Chagoyete” con el toro “El Rosco”
Por supuesto debía tener mis subalternos, Ale y Pepito lo eran, la enfermería (infaltable en un evento tan peligroso) eran mis tías Rocío e Irma
Mi tía Tila era quien me ayudaba e entrenar mis movimientos, ella hacia de toro y pasaba en mis engaños, olè!! Y también a cargar todos los arrestos necesarios: banderillas (dos varas de la escoba), muleta (un trapo viejo), capote (el mismo trapo viejo), engaño y estoque (un palo de escoba); descabello nunca llevábamos, ya que era un maestro de la suerte suprema del toreo!
En las gradas, las “manolas” (Lila, Lluvia y Moni) tirando claveles a su ídolo
Y por supuesto, no podía faltar, la banda de música! Que era dirigida por Quique….
Suenan parches y metales!

-Cielo andaluz maestro!!  
La banda:  taaaa tat ta taaaaaaaaaaaaaaaaaan!!
El público:  ooooole!!!

-Grande Chagoyete!! Yo seré tu apoderado!
-Calla Isauro, no ilusiones al niño con eso tan peligroso!
-Otilia, si el niño quiere ser torero, torero será, y yo seré su apoderado o el varilarguero aunque ya este muy viejo!
-ay Isauro, ya métanse a comer, apúrenle!
Y a celebrar el triunfo de esa magnifica corrida, cortándole orejas y rabo al temible toro “el Rosco”, claro que también hubo peligro: el toro se aprovecho de que la banda tuvo que bajar a ir al baño, y embistió! Pero la música nunca dejo de sonar! Tachun tachun tachun…
-para celebrar, comeremos sopa de fideo, agua de lima (cortadas de los arboles de mi abuelita y por cierto, siempre sin azúcar) un buen asado de pollo y muchas verduras,  tacos de frijoles y de postre un vaso de té de limón…
Y así transcurrieron muchos días de mi infancia, entre olès, entre embestidas de un perro que seguía tan bonito el engaño, los cuidados de mis tíos, las risas con mis primos, la preocupación de mi abuela y el gran apoyo de mi apoderado, ese apoderado que me regalo su nombre para portarlo con mucho orgullo en todas las plazas del mundo….
Gracias Mama Tila por todas tus preocupaciones, tus comidas riquísimas, por tus regaños, por perdonarnos el haber dañado muchas de tus plantas….te quiero abuelita!
Abuelo Chagoyo: Gracias por darme ese mote que ocupé mientras fui torero, profesión que ejercí hasta los 11 años, ya que la escuela primaria me ocupaba mucho tiempo
Gracias por ser MI APODERADO…Te quiero.