Restiradores, planos,
escuadras, escalímetros y demás instrumentos obvios de un ingeniero civil,
fueron parte del entorno en mi crecimiento y de mis hermanos…
Mucho más de mi hermano mayor, Ale y mía, que de Mony, la menor de las 3
personas que engendraron mi padre Mario y mi madre Margarita…
Nuestra infancia fue muy dichosa,
no tuvimos muchas cosas materiales, recuerdo que nuestro televisor era una caja
destartalada, con perilla para cambiarle de canal,
y había que moverle el UHF o como se llame esa
cosa, para que no se viera pura interferencia, eso sí, había que ponerle un
gancho desdoblado, a falta de la antena, que por supuesto, de algún pelotazo
habíamos tirado nosotros.
La dicha nos la dieron,
tantos momentos que, conforme pasaba el tiempo, fui valorando…
Le di valor a esas miradas
llenas de enojo, por parte de mi padre, cuando hacíamos algo mal mi hermano y
yo…era clásico!! Estábamos en alguna fiesta, y si no seguíamos las
recomendaciones que mi mamá y papá nos daban, bastaba sentir a lo lejos esa
mirada de: “Te calmas, vienes y te sientas chamaco cabrón!” Uy! Cuidado con
hacer caso omiso de esas miradas! Era un respeto, no era miedo, era respeto a
los padres…
El día que sí sentí miedo, fue una vez que, por el trabajo de mi padre, que
tenía una sociedad con amigos suyos, ingenieros también, salía mucho a pueblitos a hacer proyectos
para comunidades rurales…nos divertíamos como enanos mi hermano y yo en esas
salidas, es más, desde que íbamos de la casa a su oficina para tomar el auto
que nos llevara al destino…subir al camión, al metro y sabernos la ruta
perfectamente a los 8 años de edad era para mi, algo fantástico….
Pues el día que recuerdo, fuimos mi padre, mi hermano y yo a un poblado en
Atlacomulco Edo. Méx. Ya que unas personas de esa ranchería, necesitaban un
estudio topográfico para poder abrir un camino, debido a que 4 terrenos,
rodeaban a uno, y no tenía paso..por ello, mi padre se quedó de ver con el
topógrafo en ese poblado, para hacer ese estudio
Llegando al pueblo, fue
alegría para nosotros, ya que era en medio de unas montañas, donde caminábamos pateando
piedras a diestra y siniestra…encontrábamos
víboras, arañas y mil insectos más…eso sí, no podíamos regresar sin alguna
especie de ellos, debidamente guardados en los frascos de gerber que, por
supuesto, ya llevábamos preparados…sólo por si se ofrecía..
El día pasó normal para
nosotros, nos mojamos en un arroyo, terminamos con los pantalones rotos debido
a caídas, y nos hicimos amigos de un par de canes que deambulaban por el camino…lo
bueno, y el miedo, llegó a la hora de entrar a una gran casa….
Era de uno de los dueños de
los terrenos que pidieron el estudio topográfico…nosotros, bien portaditos, y
es en serio que lo digo…tomamos un vaso de agua que amablemente nos dieron, y
nos quedamos viendo como nuestro superhéroe, mi papá, hacía los apuntes en una
hoja…
-Muy bien ingeniero, ¿Qué
procede?
-Pues, vamos a poner las
colindancias, y determinar las medidas a donar por cada terreno para el camino,
y si están de acuerdo, mandar el plano a notario y firmar
-De acuerdo
-Dígame, al norte, quién es
el colindante
-El señor Juan Becerril
-¿Al Oeste?
-El señor Gutierrez
-¿al Este?
-¿al Este?
-La señora Pomposa….
“¿Pomposa? Jajajajajajaja”
Esa fue la reacción de mi
hermano y mía….jamás habíamos escuchado ese nombre caray!
No aguantamos la reacción de risa jajajajaja…pero les juro, duró más el momento en que leen esto, que esa risa…ya que notamos enseguida la mirada de mi padre!! Esa de…van a ver chamacos!!!
Mi papá sólo dijo:
No aguantamos la reacción de risa jajajajaja…pero les juro, duró más el momento en que leen esto, que esa risa…ya que notamos enseguida la mirada de mi padre!! Esa de…van a ver chamacos!!!
Mi papá sólo dijo:
-Se van al carro, se me quedan ahí y ahorita
hablamos
-Sí papá….contestamos los dos
al unísono
Fue lo último que escuchamos
antes de salir de aquella enorme casa y tomar camino hacia el carro…una Caribe
negra, bien lo recuerdo
-Ya ves carnal, ¿pa que te
ries?
-Pues es que…Pomposa!!!
-jajajajaja
-jajajajaja
No parábamos de reir, era imposible
para dos niños de 8 y 10 años
Así estuvimos cerca de 15
minutos, sentaditos en la Caribe, esperando a mi padre, cuando …lo vemos salir,
todavía con una cara de enojo, pero enojo!
Ahí es donde sentí miedo,
-Nos van a pegar Ale
-Sí Toño
-Te quiero hermanito
-Y yo a ti
Ya estábamos casi llorando,
cuando mi padre nos hace despedirnos de los señores, se sube al carro…toma
camino de regreso a casa…en completo silencio
Era un silencio pero
terrorífico!
3 o 4 minutos de camino en
silencio, y mi hermano y yo ya casi chillando por la chinga que nos esperaba….cuando
se termina el camino de terracería, tomamos la autopista y mi padre nos dice:
-¡Pomposa! Ah pa´ nombrecito! Jajajajajajaja
-¡Pomposa! Ah pa´ nombrecito! Jajajajajajaja
Nos sacudió el cabello a los
dos…no paramos de reir los tres….
Fue un gran camino de regreso…la
comprensión de mi padre, al saber que sus hijos de 8 y 10 años no estaban
preparados para ese momento, y tuvieron una reacción natural,una reacción sin malicia, eso sí, después de la risa, nos recomendó aguantar risas en situaciones así...
Caray…dejen seco mis lágrimas
y le hablo por teléfono a mi padre, para agradecerle que haya sido, y siga
siendo el Ingeniero de nuestras vidas…te amo papá!
DON MARIO....QUÉ GRAN HOMBRE!!!. GRACIAS A DIOS POR HABERNOS DADO LA OPORTUNIDAD DE CONOCERLO EN PERSONA Y DE COMPARTIR CON EL MOMENTOS QUE SIN DUDARLO JAMÁS OLVIDARÉ. GRACIAS TOÑO
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